¿Sabías que el compost es un excelente abono orgánico para tus cultivos? Además de aportar nutrientes de forma natural y reducir la dependencia de químicos en tu sembrado, es una alternativa de reciclaje efectiva que te ayuda a ahorrar dinero en fertilizantes.
En Bellota queremos enseñarte en cuatro pasos cómo reciclar tus residuos diarios de comida para convertirlos en compost.
1: Reúne los materiales necesarios
Consigue un balde o contenedor de al menos 20 litros de capacidad y verifica que tenga orificios de drenaje en el fondo para permitir la ventilación.
El Compost contiene dos tipos de materiales: verdes y marrones. Los verdes son ricos en nitrógeno y tienen restos de frutas, vegetales, recortes de césped, posos de café, cáscaras de huevo y estiércol de animales herbívoros. Los materiales marrones son hojas secas, ramas pequeñas, astillas de madera, paja, cartón y papel (sin tinta).
Evita utilizar restos de comida como lácteos, grasas, huesos o carne, ya que pueden atraer plagas y generar mal olor. Asegúrate de que una pila de compostaje tenga el doble de marrones que verdes.
Por último, es opcional utilizar tierra en tu compost. Este material te ayuda a controlar los olores, mejorar su estructura y le aportar nutrientes adicionales.
2: Elige y el prepara el espacio
Escoge un lugar semisombreado y con aire, puede ser tu jardín, una terraza, un patio o un balcón. Si te encuentras en una zona rural, puedes poner tu abono en un lugar sin agua estancada y que no reciba mucho sol. Asegúrate de que tengas fácil acceso para agregar los materiales y mezclar el compost.
Por último, te recomendamos definir el objetivo y espacio de tu compost para que decidas si es necesario agregarle una malla de metal a la base o no. Esta opción te funciona si el espacio donde se ubica tu contenedor es propenso a plagas y roedores, pues esto te proporciona una barrera de protección.
Sin embargo, no utilizarla le permite a tu compost una interacción directa con los organismos del suelo, como nutrientes o insectos beneficiosos. Es tu elección si le pones una barrera de protección a tu contenedor o no.
3: Empieza a poner los materiales
Tienes dos opciones para poner tus materiales en el contenedor: con pala o con las manos. Con nuestra Pala Redonda Bellota podrás manipular los materiales sin que se caigan, gracias a su cuchara redonda. Sin embargo, si deseas hacerlo con tus manos, te recomendamos utilizar nuestros Guantes de Látex Bellota, los cuales evitan alergias y resequedad.
Si decides incluir tierra a tu compost, agrega capas de 1-2 cm separando los materiales verdes de los marrones. Si no necesitas este paso, comienza poniendo una capa de 25-30 cm de material marrón, como hojas, palos, trigo, entre otros. Continúa agregando una capa de 15-20 cm de material verde, tales como cáscaras de frutas o vegetales, césped, entre otros.
Repite este paso hasta llenar el contenedor (o hasta donde lo desees). Luego, utiliza una tapa ventilada para cubrir tu compost y déjala reposar una semana.
Una vez pasados los primeros siete días, puedes revolver la composta una o dos veces por semana para ventilar la mezcla. Puedes agregar más materiales orgánicos si lo deseas. Por último, recuerda echarle agua ocasionalmente, pero manteniendo un equilibrio entre húmedo y seco para no dañar sus propiedades.
4: Disfruta de los resultados
Esta práctica dura de dos a tres meses para estar lista, dependiendo de la calidad de los materiales y las condiciones ambientales en las que se encuentre. El compost debe ser de color negro, sin olor y húmedo. Una vez verifiques esto, podrás aplicarle el abono orgánico a tus cultivos, plantas y jardines.
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